Breve historia de los videojuegos…Por César del Campo de Acuña
1981, Portlan, Oregon. Un misterioso videojuego apareció de la noche a la mañana en varios salones recreativos locales. El juego se convirtió, gracias a sus brillante colorido, original planteamiento y centelleantes efectos, en un éxito al poco tiempo de ser instalado en los salones. Colas de jugones deseosos de ser el siguiente en ponerse delante de la pantalla se formaban frente a la enigmática maquina para lograr conseguir la mayor puntuación. Todo parecía correcto, todo parecía normal…la rutina habitual de las novedades durante la edad dorada del arcade.
Pero, como todas las buenas historias, algo ocurrió. Los habituales del nuevo juego comenzaron a sufrir terroríficas pesadillas, perdida de memoria, alucinaciones, insomnio e incluso se dice que algunos se suicidaron. Para acentuar el misterio que envolvía a aquella maquina, supuestos testigos presénciales vieron en más de una ocasión a hombres vestidos totalmente de negro recabar información y datos de las placas encofradas en los monolíticos muebles de madera que las contenían sin dirigirse a nadie. Meses después de ser instalados simplemente desaparecieron.
Como ya habrán adivinado el titulo de aquel intrigante arcade responde al nombre de Polybius, juego poseedor de una las historias más inquietantes e intrigantes del mundo de los videojuegos.
Origenes del juego
Se dice que el juego fue desarrollado entre 1979 y 1981 por Ed Rottberg (programador de Atari responsable de Battlezone) y que fue distribuido por la empresa Sinneslöschen INC por encargo, supuestamente, del Gobierno de los Estados Unidos. El misterio que envuelve a el juego comienza desde el nombre de la empresa que en teoría lo distribuyo por los diferentes arcades de Portland. Sinneslöschen es la unión de dos palabras en alemán que significan sentido (sinnes) y borrar (löschen) dando como resultado un termino que podría ser traducido como “Perdida de los sentidos”.
El juego
Polibius, como muchos otros títulos de la edad dorada de los salones recreativos norteamericanos, era un space shooter de gráficos vectoriales (como los de Vectrex) estroboscópicos acompañados de centelleantes efectos lumínicos. Se dice, dado a que no se conserva ninguna de estas maquinas, que el mueble era de color negro, con el único adorno de su nombre en el frontal que servia como identificación del juego. Un triste botón acompañaba a un solitario joystick para ejecutar la acción, que a diferencia de lo que ocurría con videojuegos de corte similar, servia para controlar la rotación de la pantalla en lugar de la nave. Aquella refrescante novedad (unida a las vivas lucecitas que ponían el acento a la acción), fue uno de los aspectos que le brindaron una gran popularidad entre la comunidad de jugadores que se reunía en aquellos templos del ruido.
Los efectos
La leyenda negra de Polybius se asienta sobre testimonios que aseguran que jugar durante prolongadas horas al space shooter producía una serie de efectos secundarios terribles. Según muchos de aquellos que tuvieron la “fortuna” de probar aquella endiablada maquinita, terribles pesadillas les asediaban cada noche tras ponerse a los mandos del adictivo juego. Otras reacciones negativas registradas derivadas de prolongadas sesiones frente a la pantalla de Polybius incluían vómitos, alucinaciones, pérdida de memoria, alucinaciones auditivas, convulsiones, ataques de pánico y desvanecimientos. Supuestamente todas estos efectos eran programables cambiando la configuración de la maquina, algo que hacían de cuando en cuando los misteriosos hombres de negro a los que hice mención con anterioridad.
Algunos rumores apunta a que en cierta ocasión los individuos encargados de registrar los datos de la maquina y cambiar sus parámetros de configuración se olvidaron de cerrar el menú de opciones y algunos de los parroquianos habituales de aquel salón de juegos quedaron petrificados cuando leyeron en la pantalla alternativas de conformación como alucinaciones auditivas, amnesia y terrores nocturnos.
Los responsables del hipotético “experimento Polybius” conseguían crear en el subconsciente de los jugadores estas respuestas físicas y psíquicas por medio de mensajes subliminales. Algunos de los mensajes captados por aquellos que se pusieron a los mandos de la recreativa rezaban frases como: Kill Yourself (suicídate) o cortes musicales en los que se podía oír una voz femenina que susurraba en un lamento quejumbroso Why you hurt me? (¿porqué me haces daño).
Los rumores señalan que el “experimento” llego a su fin cuando un chico, de unos 13 años, cayó fulminado frente a la recreativa tras una exposición prolongada al juego. Poco después de aquel suceso, los muebles de Polybius desaparecieron de los recreativos en los que habían sido instalados de la misma forma en la que llegaron, envueltos en el misterio.
Opinión personal
Es más que probable que todo lo que rodea a el juego Polybius se trate de una leyenda urbana más que, gracias a fechas, supuestos testimonios e impacto en la cultura popular (como pudimos ver en el segundo capitulo de la decimoctava temporada de Los Simpson en el cual aparece la recreativa con una placa en la que se puede leer: propiedad del gobierno de los Estados Unidos) ha ido ganando cierto grado de veracidad espantando el escepticismo que suele rodear a este tipo de historias.
Pero, por otro lado, cuando supuestamente la recreativa fue lanzada al mercado el mundo de los arcades vivía su edad dorada. Miles de jóvenes se reunían en aquellos palacios del ruido con el fin de batir puntuaciones imposibles y aquella realidad me lleva a pensar que el siempre preocupado Gobierno Norteamericano ideo algún modo de estudiar la reacción de los jóvenes a según que tipos de estímulos por medio de los videojuegos. Como siempre ocurre en los relatos de conspiraciones imposibles, es probable (si lo hicieron) que el experimente se les fuera de las manos y entonces es cuando decidieron cortarlo de raíz.
Ese escenario, digno de película, aunque improbable, es posible. ¿Cuántas veces se ha acusado al FBI de introducir las drogas duras (aquellas que destruyen cuerpo y mente) en los barrios marginales a mediados de la década de los 60? ¿Cuántas conspiraciones entorno al control ejercido por la televisión desde su invención han sido supuestamente silenciados? La preocupación de las autoridades norteamericanas por sus jóvenes siempre ha sido un dolor de cabeza recurrente y si vieron en los videojuegos un peligro ¿Qué mejor forma de erradicarlos que con un juego que hiciera sentir mal a sus usuarios?
Todo estos son conjeturas y teorías sobre una leyenda urbana pero, ¿y si fuera verdad?
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